El camino que hoy recorremos o intentamos recorrer algunos
como emprendedores, nos hace, o mejor dicho, me hace, crecer profesionalmente,
personalmente y alcanzar ese conocimiento y ese sentido que te rodea y que
necesitas apaciguar, en definitiva, necesitamos no estar muertos en vida.
Si lo miramos desde un punto de vista pragmático, emprender
a simple vista es fácil, es poner en ejecución las opciones que crees que te
van a llevar a tu objetivo más inmediato, planeado y con un fín. Pero... conforme
lo voy recorriendo, me voy encontrando pasadizos, caminos y senderos alternativos que
desfiguran el recto, suave y magnífico camino planteado de inicio.
Durante el tiempo que estoy llevando a cabo mi “plan
estratégico” y los entrecomillo porque estoy disfrutando viendo como se moldea, gira, y retorna al camino recto, suave y magnifico, estoy adquiriendo una
serie de conocimientos, enfrentándome a una serie de situaciones y conociendo a
gente con las que me doy cuenta que hay un antes y un después en mi parte
como Emprendedor y como persona.
Mantengo firmes mis bases sobre las que empecé a construirlo,
sigo fiel a mis principios profesionales, pero dejo adrede que toda la
“vegetación salvaje” de los senderos que se me cruzan, me golpeé de lleno. ¿Por
qué? Pues no lo sé, quizá porque me vea tan seguro de mi objetivo y de mi mismo
que piense que lo que me roce y sea de valor lo absorberé y lo negativo
simplemente patinará y se disipará. Madurez creo que lo llaman, adaptación lo llamo yo.
Hace poco una de tantas
“ramas” topó conmigo, sin previo aviso, como toda buena sorpresa así debe ser, algo extraño, digamos que no programado. Pero dejé
que me rozara, la experiencia desconcertante, inquietante, en parte era como
otro pequeño sendero que recorrer y del que aprender. Un sendero que ha sido
corto, agradable, sincero y como todo pequeño sendero me ha llevado de nuevo al
camino recto, suave y magnífico que sigue su curso, hacía su objetivo, con paso
firme.
Una de las cosas que todo emprendedor debe aprender es que
cuando comienza a “andar” se va a topar con dudas, negaciones e incomprensión.
A todos ellos, a los que empezáis como lo hice yo hace poco, recordar lo
siguiente:
-
Siéntate, piensa cual es tu objetivo y destino a conseguir.
¿Lo tienes? Perfecto!
-
Piensa lo peor que te puede pasar, lo peor si...ya?
- Piensa lo mejor que te puede aportar, y no me refiero al vil
metal, me refiero a lo que personal y profesionalmente te aporta. Ya?
-
Preguntante si te compensa lo peor con lo mejor que te pueda
llegar a pasar.
Seguramente tengas dudas de ponerte en marcha, pero la duda
se disipa con la acción, lo que no podrás olvidar nunca, es el arrepentimiento de
no haberlo puesto en práctica.
Porque recuerda, entre tú que estas leyendo esto y yo,
existe una diferencia clave...
Tú eres único en algo que yo nunca podré hacer igual!
Parafraseando a Javier Iriondo en su libro "Donde tus sueños te lleven"
"El lugar más rico del mundo se encuentra en el cementerio, allí yacen los más asombrosas ideas que jamas habrán visto la luz por miedo y autolimitaciones en vida"
@JavierSNicolas